Monday, August 07, 2006

Estimado FL:

Entiendo que esto de la casualidad tiene su magia y de repente yo estoy re deprimida y voy a tomar un submarino a uno de los teatros más tops de Villa Crespo y lo encuentro elegantemente sentado en una de esas sillas de madera deslumbrando no a una sino a dos musas con sus novelas inéditas y me alegra.
Entiendo que un sábado coincidamos en los planes no planeados y lo encuentre a las cinco de la mañana con la boca púrpura de vino tomando frío en el patio de una casona acogedora de esas que hacen creer que una está de viaje por algún pueblo del interior.
Pero esto así no funciona o funciona mal. Supuestamente tenemos un proyecto en común y usted acciona a su placer y no me avisa. ¿Cómo es eso? Yo lo busco y los literatos que usan celular con mensajitos me avisan que usted está haciendo el duelo en otra parte y me avivan de que agarre el micrófono, que lleve a cabo el duelo sin usted, pero yo me niego. "No, sin Federico no hay duelo, yo al escenario no me subo", digo con énfasis.
Pasan tantas cosas en el mundillo literario! el remisero llega a su fin, los Tamariscos presentan nueva editorial y usted haciéndome renegar. Espero que este post lo haga recapacitar y deje de abusar de nuestra conexión mental.
Además quiero que sepa que estamos invitados a participar en varios programas de radio... ¿Mire si salimos en Página 12?
Bueno, pese a todos nuestros problemas, aún tenemos algo y eso es una consigna, nuestra arma letal. Se le ocurrió a Funes, Guadalupe y Juan Diego en Güerrín, la noche que me dejó plantada: La casa del señor de abajo no tiene puerta.
Menos mal que pululan los literatos, menos mal.
Vayale bien,

JM.

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